
Si se trata de tu primera guitarra, el asunto es ligeramente diferente. Nunca he estado de acuerdo con ese concepto a la Fisher-Price de la guitarra “mala para empezar”. Léase “barata”, en lugar de mala: no cambia el sentido. Aún así, me parece mala idea. ¿Por qué aprender lo básico con una guitarra que, tarde o temprano, vas a querer reemplazar por una más competente? Es una manera de generar frustración, dificultar el aprendizaje, disfrutar poco con los primeros pasos… y gastar más dinero. No obstante, sí hay algunas cualidades que la primera guitarra debe reunir, y ello nos lleva a intentar sintetizar cuántos tipos de guitarras hay. Una clasificación muy sencilla y general, obviando los aspectos estéticos (formas, colores) sería la siguiente:
Guitarras eléctricas “clásicas” con puente fijo: Son aquellas que no tienen palanca de tremolo porque las cuerdas descansan sobre un puente totalmente inmóvil. Algunos memorables ejemplos son la Gibson Les Paul.
La familia Stratocaster: La Fender Stratocaster es una de las guitarras más influyentes e imitadas del universo guitarrero. Desde que Jimi Hendrix la convirtiera en la guitarra eléctrica por antonomasia (eso sí, en versión zurda), ha sido todo un icono del rock.
La revolución de Mr. Floyd, o guitarras con “puente flotante”. El puente de este tipo, también llamado Floyd Rose debido a su inventor (y dueño de la patente), consiste en un conjunto de muelles que, compensando la presión ejercida por las cuerdas, permiten mantener en equilibrio el punto de apoyo, de manera que con la palanca de tremolo pueden tensarse y destensarse, subiendo y bajando el tono.
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